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Llevo muchos años dedicándome junto a diferentes equipos de trabajo, a la enorme tarea de ayudar a las personas a cambiar un estilo de vida, y acompañarlos en el objetivo de lograr dejar un vínculo tóxico con una o varias sustancias psicoactivas, junto a cada una de sus familias, a cambiar también modos de funcionamiento que mantienen el problema que trae a consulta el familiar.

He trabajado desde modelos conductistas, propios de los Centros con formato de comunidad terapéutica, también desde el cognitivismo, abordaje que acompaña a la escuela conductista en estos modelos de trabajo comunitario. 

También he pasado por alguna Institución con abordaje desde el psicoanálisis, la gestalt o la escuela sistémica. Todos enfoque válidos. 

Desde el año 2008, venimos llevando a cabo y sosteniendo en Choice Argentina, un trabajo de acompañamiento desde el Enfoque Centrado en la Persona ( PCA ), también conocido como terapia centrada en la persona, o enfoque no directivo, el cual, fue desarrollado como enfoque terapéutico por el psicólogo estadounidense Carl Rogers, entre la década de 40 y los años 50 en Estados Unidos.

Este Enfoque, se centra en la importancia de construir una relación de confianza y colaboración, entre el psicoterapeuta y el cliente, y tiene como objetivo, promover el crecimiento personal y el desarrollo del individuo. 

El Enfoque Centrado en la Persona se basa en una visión optimista del ser humano. Considera que cada individuo tiene dentro de sí mismo, los recursos necesarios para entenderse y desarrollarse y de ese modo, encontrar las soluciones a sus problemas. 

En los ámbitos de tratamiento en adicciones, con esto de que la persona adicta es un enfermo y por tal motivo, no tiene juicio, se justifica conducirle la vida y por lo tanto se le dictan soluciones, se les da consejos, sin tener en cuenta la participación de la propia persona, como sujeto activo de su propio proceso de cambio, ignorando que todo aquello que este " paciente- pasivo " va a incorporar, lo realizará desde el discurso del otro, obligado también a cambiar una conducta que si no modifica, recibirá un refuerzo negativo introyectado desde afuera. 

Esta situación provoca lo que muchas veces vemos y oímos que pasa en los tratamientos de adicciones, la recaída, problemática con índices muy bajos de recuperación, etc. Claro que la persona si solo fue un sujeto pasivo de una terapéutica determinada, no podrá sostener ningún cambio, a no ser que se mantenga siempre cerca o dentro, de la institución o el profesional que lo haya tratado. 

Pero hay otra mirada, propia de nuestro enfoque, donde se parte de que todo ser humano, como cualquier organismo vivo, como las plantas por ejemplo, tienen algo que llamo Rogers, tendencia actualizante, que significa un organismo suficientemente inteligente, que siempre va a buscar el mayor potencial de crecimiento y desarrollo, si las condiciones le son favorables. Si las condiciones le son desfavorables, así y todo, igual pujará por tender a su desarrollo y despliegue, aunque de seguro, no podrá alcanzar su mayor potencialidad. 

El papel del psicoterapeuta desde este modelo, es proporcionar un ambiente cálido, empático, sin amenazas y sin prejuicios por parte del Facilitador, que anime al cliente, a expresarse de forma libre y auténtica. 

Este enfoque, no utiliza la tradicional herramienta del enfoque Conductista, de premios y castigos, tan utilizado en los modelos de comunidad terapéutica. 

Es importante marcar, en términos históricos, que Carl Rogers desarrolló este enfoque en reacción a los enfoques psicoanalíticos y conductistas imperantes y dominantes de esos tiempos, donde también cuestionó la posición tradicional del sicoterapeuta como experto que impondría sus consejos e interpretaciones al cliente. 

El modelo médico desde donde parte el psicoanálisis, el conductismo y muchas escuelas de ese tiempo, plantean el vínculo médico - paciente, donde hay una persona que cura o que tiene el poder de solucionar el problema y otra que es sanado o que entrega y pone afuera el poder de cambiar. En cambio, Rogers creía que el psicoterapeuta debería adoptar una postura simétrica de relación, que implicara justamente, una actitud de escucha activa, comprensión y aceptación incondicional hacia el cliente, sosteniendo y sabiendo que el propio consultante o cliente, tiene los recursos para desplegar todo su potencial a través de las condiciones que le acerquemos como profesionales. 

En el trabajo que realizamos en Choice Argentina, siempre decimos a los profesionales, que es fundamental, no solo una mirada optimista de la situación de la persona que nos pide ayuda, sino que además, debemos trabajar en nuestro estilo profesional, el ser motivadores de esos procesos de cambio en nuestros usuarios y un lema fundamental es cambiar el famoso pedido al paciente - cliente de " mostrá tu pata enferma " a " pone el foco en tus aspectos sanos ". 

Cuando el consultante o cliente recibe de parte del equipo, comprensión, empatía, congruencia, intimidad, acercamiento, valoración positiva de su experiencia, compromiso en la escucha y fundamentalmente, una relación que lo dignifique por estar ahí, aceptante de su necesidad de cambio, se darán las condiciones para que la persona comience a comprenderse, respetarse, quererse, aceptarse, y de alguna manera, sea más consciente de todos los recursos con los que cuenta, para caminar hacia el despliegue de su potencial y cambiar de vida. 

En enfoque centrado en la persona se aplica en muchos campos, incluyendo la psicoterapia individual, la terapia de grupo, el asesoramiento o Counseling, la gestión del cambio en las empresas, la educación y la formación. Se centra en el potencial de crecimiento y desarrollo del individuo. 

Ya es hora que incluyamos este modelo y sus prácticas, en nuestras instituciones de Salud Mental y Centros de tratamiento en adicciones.

Autor: Juan Facundo Cincunegui
Director Ejecutivo del Programa CHOICE Counseling